La vid es un cultivo que requiere cuidados continuos durante todo el año. El mantenimiento de las vides es imprescindible para garantizar una buena cosecha al tiempo de recolectar las uvas. Una de esas tareas es la poda en verde.
¿Qué es la poda en verde?
La poda en verde se denomina así de manera general, aunque también se conoce como poda de primavera. Se complementa con la poda de invierno y son los momentos en los que más cuidados hay que prestar sobre la cepas.
Este trabajo sirve para seleccionar los racimos que se van a formar pues con ella se elimina brotes no fértiles que acaban reduciendo la productividad de la parra. La poda en verde sirve para retirar brotes inútiles que restan sustento a los sarmientos que van a producir la uva.
Si la poda en verde no se ejecuta a tiempo, la vida acaba formando un arbusto con hojas que dificultan el crecimiento de nuevos brotes y el nacimiento de uvas. A su vez, no actuar frente a los brotes no fértiles provoca la aparición de un microclima muy húmedo y poca penetración de los rayos solares, condiciones perfectas para la aparición de plagas.
Este trabajo es fundamental para dejar únicamente brotes que sí tienen oportunidad de crecer y ofrecer frutos de calidad.
¿Cuándo hay que hacer la poda en verde?
El momento de hacer este trabajo es durante el mes de abril en nuestras viñas, pero esto depende de varios factores como la temperatura, cuándo se ha hecho la poda de invierno, cada año es diferente. En términos técnicos y de crecimiento, la poda en verde se ejecuta durante la fase desarrollo vegetativo, cuando brotan los pámpanos de las yemas.
El mes de abril, es el momento en el que ya es posible determinar qué brotes son fértiles y cuáles van a reducir la calidad de la cosecha. No obstante, si se acelera mucho el proceso, la cepa puede estar vulnerable frente a heladas primaverales. Y si se retrasa mucho la poda en verde aparece el riesgo de hacer daños a la planta, ya que se harían heridas al quitar pámpanos de un tamaño considerable.